Egipto ya fue en la antigüedad uno de los primeros destinos escogidos por viajeros (por ejemplo el emperador Adriano, que viajó a Egipto por motivos de salud). En los tiempos modernos, norteamericanos y europeos soñaron con ir y ver las Pirámides de Guiza, entre otras maravillas del país del Nilo. Hoy en día, sigue siendo un país que  fascina y que, al menos una vez en la vida, vale la pena visitar…

y ¡más ahora que se pueden ver lugares nunca vistos!

Tras la pandemia el Servicio de Antigüedades egipcio ha abierto o reabierto yacimientos  imprescindibles para todo estudioso o viajero inquieto. Por eso es el momento de hacer las maletas y volar hacia Egipto, remontar el Valle del Nilo y adentrarse en su desierto.

Hemos preparado un viaje muy completo en el que además de las visitas clásicas se han incluído lugares excepcionales que estaban cerrados y que no se podían visitar, como la tumba de Seti I en el Valle de los Reyes, la tumba de Nefertari (esposa de Ramsés II) en el Valle de las Reinas, la pirámide Romboidal de Dashur o la Pirámide Negra en Hawara. 

Empezaremos en el Cairo y recorreremos los sitios más emblemáticos de la cultura faraónica que ofrece el Cairo y alrededores (Pirámides de Guiza, Gran Museo del Cairo, necrópolis de Saqqara, Dashur).

La excepcionalidad de este programa por el Nilo es también la ruta hacia el Egipto Medio. Tras visitar el área del Osais del Fayum, nos dirigiremos al centro geográfico del país. Es una zona poco conocida por los viajeros, y sin embargo con enclaves de gran interés: la necrópolis de Beni Hassan (con tumbas de personajes privados del Reino Medio), Tell el-Amarna (la antigua Akhetaton, la capital de Akhenaton y Nefertiti), el templo de Abidos dedicado al dios Osiris, etcétera. 

En nuestra subida por el Nilo, se hará una parada obligatoria de tres días en la antigua Tebas, la actual Luxor. Tebas (llamada Ipetsut en egipcio) fue el centro político y religioso (Templos de Karnak y de Luxor) del Reino Nuevo y lugar de sepultura de los farones de ese período (Valle de los Reyes y Valle de las Reinas), però también fue una urbe llena de vida tal y como veremos en las tumbas privadas (necrópolis de Gourna, Deir el-Medina). 

Tras conocer los «tesoros tebanos» iniciaremos la navegación por las aguas nilóticas hasta la zona de Nubia y su principal ciudad, Asuán, donde se mezcló la cultura faraónica con elementos puramente africanos. Asuán es una ciudad que emana magia, la luz es más nítida, el Nilo está más vivo, su desierto es más puro y sus gentes reflejan el mestizaje de antaño. Además en nuestros trayectos al templo de Filas o al Obelisco inacabado veremos por qué Asúan fue una frontera natural de Egipto con el interior de África. Por supuesto dedicaremos un dia a visitar el famoso, fastuoso y monumental templo de Abu Simbel, que mandó erigir Ramsés II para e´l y su epsosa Nefertari y qe es todo un símbolo del antiguoEgipto.